miércoles, 5 de agosto de 2015

¿Cómo disfrutar de una sexualidad plena?


Para disfrutar de una vida sexual sana y responsable, debemos comenzar por tener una actitud positiva hacia la sexualidad.


Estamos en una época donde la sexualidad parece estar cada vez más presente en todos los ámbitos públicos -la publicidad, la televisión, Internet- convirtiéndola así en algo que es deber o rendimiento, pero no se difunde con la información idónea para disfrutarla con plenitud en cada etapa de la vida.

La sexualidad es antes que nada un asunto de emociones, de escuchar a nuestro cuerpo.

Aunque cada cuerpo es un mundo y cada individuo tiene unas necesidades específicas, existen acciones que permiten disfrutar de una sexualidad más plena, al atender los propios deseos y respetar los de nuestra pareja. Aquí te damos algunos consejos.

Primero que nada estar en la mejor disposición para disfrutar del placer sexual. Abandonarse a la sexualidad y gozar requiere que uno no piense en nada más. Apenas surgen pensamientos como ‘estaré haciendo demasiado ruido’ o ‘cómo me veré en este momento’, uno sale de lo que es el sentir para entrar nuevamente en el área de la razón. Disfrutar de los encuentros eróticos requiere perder la cabeza. Recuerda que en esos momentos, el área del cerebro que maneja la razón deja de activarse y otras zonas se activan.

Es importante que conozcas tu cuerpo y esto se puede lograr a través de la masturbación ya que promueve el conocimiento de los patrones de excitación que constituyen tu respuesta sexual.

Mantén  tu cuerpo activo y ejercitado, además de adoptar hábitos saludables, propiciando así un mejor acercamiento y rendimiento en tus encuentros sexuales.

El descanso es fundamental para tener una vida sexual sana.  En general el descanso es menospreciado cuando se habla de salud, pero es imprescindible el descanso diario para mantener el cuerpo y el alma en buen estado durante todo el día, sobre todo en esos encuentros íntimos. Si la falta de descanso se prolonga durante varios días, de manera inevitable desembocará en trastornos en tu vida sexual.

Mantener el interés, usar la imaginación, preguntar lo que le gusta y compartir lo que te place, es esencial en cualquier relación. Toma la iniciativa y sé parte activa en el juego íntimo.

Por último y no menos importante, el hábito de higiene corporal. Porque tanto la boca, como el pene o la vulva están llenos de bacterias, aunque no es que sean dañinas, pueden causar infecciones si no se asea adecuadamente.

La sexualidad tiene un componente de disfrute y satisfacción importantísimo para el propio equilibrio personal. 

Quien vive plenamente su sexualidad,
 es más feliz.


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