Sobrevivientes
que decidieron dejar otra huella, además de la cicatriz.
Después
de una mastectomía, las mujeres por lo general tienen la opción de aprender a
vivir con la imagen de su pecho plano o, bien, quirúrgicamente reconstruir la
mama (o pechos). Sin embargo, algunas sobrevivientes de cáncer de mama están
eligiendo una tercera opción: adornar las cicatrices que cubren sus pechos con
tatuajes de diseños complejos y coloridos, transformando lo que puede
considerarse como un recordatorio de dolor en algo bello, poderoso y
único.
Según la
OMS el cáncer de mama es el más frecuente en las mujeres, y afecta tanto
en los países desarrollados como en los que están en vías de
desarrollo. Aunque existan medidas de prevención, miles de
campañas que buscan generar conciencia sobre la importancia de la
autoexploración, y se recomiende que mínimo una vez al año las mujeres visiten
a su ginecólogo, en muchos casos se debe recurrir a la mastectomía:
a las mujeres que se les ha diagnosticado cáncer en uno de los dos senos,
o se sabe que existe un riesgo alto de cáncer ya sea por antecedentes
familiares o por cáncer de ovarios, se les recomienda extirparse una o las dos
mamas, dependiendo el caso.
Muchas
mujeres buscan someterse a cirugías reconstructivas, que les ayuden
a tener forma de nuevo. Otras han aprendido a vivir con sus cicatrices
y a estar orgullosas de ellas. Pero existe una tercera opción que pocas
conocen: los tatuajes
Estas fotografías reflejan
esa lucha, pero también la victoria y la Superación. Estas mujeres
decidieron compartir los tatuajes que se hicieron luego de ser operadas, una huella
que reemplazara la cicatriz.
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